La duración de la hospitalización en la fase aguda es variable para cada caso y depende de la consecución de los objetivos reseñados. No obstante, salvo excepciones, no resulta recomendable una estancia hospitalaria prolongada, ya que aumenta las posibilidades de complicaciones, especialmente infecciones. Para este tipo de pacientes se recomienda un período de ingreso medio no superior a 15 días.

Para decidir el momento idóneo del alta, el médico responsable de cada caso valorará una serie de criterios, que se relacionan directamente con los objetivos que persigue la hospitalización. Estos criterios abarcan tres aspectos fundamentales de la enfermedad:
Situación clínica del paciente
– Estabilización o inicio de la regresión, déficit neurológico.
– Estabilización del estado general del enfermo.
– Capacidad de deglución autónoma conservada o posibilidad alternativa de asegurar de forma razonablerazonable la nutrición, hidratación y toma de medicación, una vez que el paciente se encuentre fuera del hospital.
Aspectos relacionados con el diagnóstico y el tratamiento
– Causa del ictus aclarada o estudiada completamente.
– Tratamiento elegido en función del diagnóstico y de la situación del paciente.
Aspectos asistenciales, de seguimiento y sociofamiliares
– Diseño del seguimiento en los diferentes niveles asistenciales.
– Que exista la garantía suficiente de que, en el lugar al que va a trasladarse el paciente, las personas encargadas de su cuidado personal (familiares, amigos, cuidadores profesionales, etc.) están capacitadas y asumen esta labor. Se asegurará, a su vez, una disponibilidad razonable de asistencia sanitaria cuando se precise.

El paciente, al ser dado de alta del hospital, recibirá un informe médico: el informe de alta. En este documento se recogen los datos sustanciales de su enfermedad: sus antecedentes personales y familiares, sus manifestaciones clínicas, las pruebas que se le realizaron, su evolución, las posibles complicaciones acaecidas y cómo se resolvieron el diagnóstico y las medidas tomadas y a tomar en el futuro, encaminadas a mejorar su situación actual, facilitando su adaptación con su nueva realidad, y a prevenir la recurrencia de nuevos episodios (el tratamiento). Para terminar, el informe de alta suele recoger el plan de revisiones periódicas que debe seguir el paciente.